domingo, 13 de abril de 2014

El vino del solitario

La singular mirada de una mujer galante
Que llega hasta nosotros como
 la blanca luz
Que enviara la luna al lago tembloroso
Cuando quiere bañar su indolente belleza;

Los últimos escudos que tiene un jugador;
Un beso lujurioso de la flaca Adelina;
Los ecos de una música cálida y enervante
Como el grito lejano del humano sufrir,

No vale todo ello, oh botella profunda,
El penetrante bálsamo que tu fecundo vientre
Ofrece al corazón del poeta abrumado;

Tú le dispensas vida, juventud y esperanza
-Y orgullo, esa defensa frente a toda miseria
Que nos vuelve triunfales y a dioses semejantes.



Charles Baudelaire

lunes, 7 de abril de 2014

Sueña que sueña con ella

Se despertó de un sobresalto, sólo dentro de su pecho.
Tenía los párpados pegados a causa del último sorbo de sueño amargo, cuando por fin se decidió a abrir los ojos vio que todo seguía negro,  todo se veía borroso porque las lágrimas se habían solapado a sus córneas hasta crear otra capa, más cristalina, igual de pura… Pero hecha de dolor.
Soñó con quien paradójicamente le había robado el sueño desde hacía más de un año.
Soñó con su voz meciéndose en sus mejillas, la voz que tanto extrañaba.
Soñó que la abrazaba por la espalda, que bebían cerveza y se reían de la vida y de sus guarradas.
Soñó que se le salía el pecho del corazón.
Soñó que no estaba soñando.



Despertó y todo lo que pudo articular fue un gran grito que aún retumba por las paredes de su habitación.

jueves, 13 de marzo de 2014

Nix

Viene el manto negro, cada vez más espeso,
Se acerca despacio,
Sus dedos tocan el suelo,
Está frío como todo el invierno,
Quién notase un aliento.
Desalentador.
Vives soñando,
[Suena poético]
Las pesadillas son sueños manchados,
La degeneración del horror,
Saturno comiéndose a sus hijos,
Los párpados quemados y sus cenizas cayendo…
Nunca dejan de caer, (porque no tienen destino)
Sus dueños tampoco, ellos viven huyendo,
La noche acelera todo este proceso de autodestrucción de uno mismo,
Del odio que llega sin aviso,

A jodernos las sábanas y a ensuciarnos las miradas sin pedir permiso.

jueves, 6 de febrero de 2014

Marcar la diferencia

“La destrucción del lenguaje”
 Heidegger  decía que las palabras eran incapaces de expresar ciertas cosas, que sólo son símbolos que cada uno interpreta a su modo aunque exista un dicciopatrón más o menos concreto.
Seguramente el odio, el amor, la pobreza o la riqueza adquiera un sentido en mi oído dispar al que adquiere en tu oído.
Es paradójico que aun así existan palabras que dichas en el momento exacto pueden cambiar nuestra vida.
Palabras que salvan y palabras que ametrallan un sistema neuronal desgastado de tantos estímulos.
Más allá de la cíclica ambigüedad del lenguaje existen también otros niveles de comunicación, varias capas que confluyen en las relaciones interpersonales.  ¿Estas capas nos acercan o nos alejan del resto?
Fruncir el ceño, mirar al suelo, sonreír, acariciar… ¿Existe algo más abstracto? Lo dudo, pero a su vez ¿Existe algo más real?
Podemos guiar las palabras, mutarlas y amasarlas para hablar entre líneas o decir pseudo- verdades y conseguir que alguien las asimile con firmeza.
No podemos fingir un gesto. Eso es lo bonito, lo real.
El principal problema que le encuentro a esta idea ojerosa es el punto en el cual una vez muerto el  “lenguaje físico” empiece a morir cada capa del “lenguaje de las miradas”, por llamarlo de algún modo.
Esta mañana hablaba con un compañero de clase sobre esto. ¿Qué está pasando con las habilidades sociales? ¿Por qué esta sociedad llena de tecnología y vacía de contenido?
Sólo diré una cosa y es que nunca dejaré de hablar con mi cuerpo, con mis ojos, con las palabras que puedan ayudarme a expresar algo, real o no y con independencia de cómo el resto lo interprete.
Me importa una mierda ser diferente, de hecho, lo prefiero.
Follémonos a la vida mirándonos a los ojos los unos a los otros, comprendamos que somos insignificantes y que precisamente por eso debemos marcar una diferencia.
Sobran cadenas y éstas son las que permiten este mundo, este siglo XXI de conformismo, retroceso, sumisión y felicidad hipotecada.

¡Abre los ojos! ¡Duda, piensa, habla, exprésate como quieras o sepas, destruye el lenguaje y reconstrúyelo, haz lo que quieras, pero marca la diferencia!

miércoles, 5 de febrero de 2014

Pensar en el Romanticismo como un movimiento del Siglo XVIII-XIX es pensar en una nueva forma de arte, un arte hecho sobre una idea y no como una representación de la realidad ligado a un carácter utilitarista que me pone enferma si hablamos de expresión. ¿Por qué nos empeñamos en arrancarle la magia a todo?
El Romanticismo quiso ir más allá de la razón, quiso sobrepasar toda sistematización. Consideraba el arte, “lo sublime”, como algo que desborda belleza, tanto que nadie puede soportarlo y quienes consiguen tocarlo se queman, algo que parece que afila otra realidad posible, quizá en el subconsciente… Y todo lo de la bestia interior kafkiana, la esquizofrenia, el Síndrome de Stendhal, el mito de las sirenas, las femme fatale… Plasman la imposibilidad de interpretar el ARTE como tal, como ARTE.
Esta idea me hace pensar en ella aún sin saber muy bien si en pasado, en presente o en un futuro utópico.
La idea de arte va íntimamente ligada a ella en sus innumerables ramas: música, poesía, pintura, fotografía, la creatividad, la inconformidad, la agresividad, subversión, transgresión, la irracionalidad que nos vuelve locas... Estar “más allá”, por no hablar de lo estético.
Si a los Impresionistas les obsesionaba el reflejo de la luz en el agua es porque Cezanne, Renoir, Tou-Lousse, Monet y esa patrulla indestructible del “Salón de los rechazados” nunca vieron como una gota de agua se queda atrapada en una de sus pestañas tras una ducha o tras una lágrima.
Si Goya la hubiera conocido nunca habría pintado para la Corte y seguramente sus 14 pinturas negras serían un poco menos negras.
Si el Gran Leonardo hubiese podido tocar un rayo de Sol acostado en tus clavículas de alfiler el Renacimiento dejaría el equilibrio de lado y se habría tirado de cabeza en el más hermoso caos. Si te hubiese podido esculpir se habría dejado las manos e incluso la vida en ello y aun así no habría conseguido plasmar ni una décima parte de tu belleza.
Y acabas apareciendo en mi vida, tu, que Gala envidiaría tus dotes de musa, que podrías haber hablado a Hesíodo sobre la verdad, que eres la personificación de la palabra Arte.
Y yo, que sólo soy capaz de acercarme al Arte llena de admiración, me olvido de todo lo vivido, todo lo sufrido y todo lo aprendido y en vez de tratar de tocarte con la punta de los dedos voy y te abrazo de lleno.
¿Qué esperaba? ¿De qué me quejo?
Toqué el Sol y me quemé, superaste una idealización que ya no sé si existe. (Te) viví intensamente.  Traté de hacerlo bien, creo que lo hice bien y aun así… Me has destruido.

¿Qué esperaba?

miércoles, 30 de octubre de 2013

Relocos y recuerdos.

Y otra vez pasar por la estación de trenes,
Donde cada baldosa tiene escondido un recuerdo de esos que escuecen,
Andarlas despacio para saborearlos, verlos, escucharlos, olfatearlos, casi tocarlos.
Quiero decir: casi tocarte.
Las ruedas de la maleta giran y mueren.
Muero con ellas si siento los nervios de verte,  sin verte.
“No dejes que te lleven” que “dejarse llevar suena demasiado bien”
Hago oídos sordos . Camino otro poco y llego al tren de los descarrilados.
Me siento, miro y remiro el billete.
Me quedan tres cigarros,
Sigo sin ser consciente de que en el destino no aparece escrito:

17:20- Madrid- Destino mis miedos y tus dedos.




Ayer se me cayeron las tuercas ,
Se rompió la cuerda que me ataba a ti,
Nunca había pasado y ya no recordaba mi cuello sin ser preso
Me entristece ver que hasta las tuercas caducan
Cuando lo que nosotras queríamos era el beso perfecto
El que no terminara en un “que te jodan” ni en un “que me jodan”
Que jodan al resto , que no entienden de esto .
Nos queremos sin remedio y si el remedio es la resignada abstinencia
prefiero la enfermedad de no olvidarte en los bares ni en las piernas ajenas.
Prefiero seguir soñando con tus mareas.
Hasta que me ahoguen…


Nuestra  historia: Estaciones y tuercas.

sábado, 6 de abril de 2013

... cuanto más te quitas más me pongo








Reinventar (nos) una realidad rara con sentimientos recíprocos donde siempre se alcanzan los retos y nuestros cuerpos son los restos de un polvo siniestro con carácter reivindicativo.




Amémonos rotundamente sin nada más en la mente que no terminar (jamás) de conocerte.

Frente a frente, que me claves los dientes y tu veneno de serpiente me estremezca al dente.
Tu perdiste las tuercas que se te cayeron de los pendientes. 
Y hoy, un domingo de lluvia, resaca y pastillas esfervescentes me recuerdan, sonrientes, una noche diferente.